Torre de Oficinas Banco de Panamá
AUTORES DEL PROYECTO: Herreros Arquitectos y Mallol & Mallol
CLIENTE: C. García de Paredes, B. Henne, CAO (C. Fernández) y Banco de Panamá
RESPONSABLE DEL PROYECTO: Gonzalo Rivas (HA), Ignacio Mallol (MyM)
EQUIPO DE PROYECTO: Carmen Antón, Joanna Socha (HA); Amilton Jaramillo, Rubén Taboada (MyM)
SUPERFICIE: 35.500m2
CONSULTORES: sostenibilidad: CENER. consultoría de fachadas: Gruppo Entesa
FOTOGRAFÍAS: Fernando Alda, estudioHerreros
Premios
-Premios MCHAP 2014: Nominado

La sección de la torre supone una revisión tipológica del inmueble comercial de oficinas resulto históricamente como un apilado de plantas para proponer una superposición escalonada de cuatro edificios independientes. Cada uno de ellos tiene un espacio exterior de bienvenida y un vestíbulo significativo que se traduce en un gesto en volumetría que deja sus huellas en la fachada repetitiva del conjunto. El primero recibe a la ciudad en planta baja con las oficinas bancarias sobre las que se levanta el aparcamiento de seis plantas. Los tres restantes son prismas de diferentes dimensiones que se van retranqueando respecto del anterior liberando sendas terrazas que se reparten las orientaciones y las vistas sobre el mar y el Centro Histórico. Cada prisma puede leerse como un pequeño edificio canónico de oficinas que comparte su lobby en altura con algún uso compartido por todos los inquilinos: un restaurante, un gimnasio, un club de descanso y reunión, una guardería infantil y un comedor. En el remate, un Salón representativo se ofrece visible desde toda la ciudad. La envolvente se resuelve con un muro cortina plementado con vidrios de diferentes tonalidades y transparencias que introducen un factor aleatorio y vibrante en la lectura. Desde el exterior, el juego entre translucidez y opacidad de los módulos -en la noche se adivina que todos los elementos tienen algún grado de transparencia- genera una ambigüedad escalar que impide la identificación de las plantas al no coincidir ninguna línea horizontal obvia del cerramiento. Desde el interior, el paisaje pixelado desdibuja y recompone las geografías de cada orientación fomentando la convivencia de sus ingredientes más banales construidos por la ambición inmobiliaria, los elementos naturales -el mar, los manglares, los cerros- y los restos arqueológicos que explican el nacimiento de la ciudad y la cultura transoceánica.
Torre de Oficinas Banco de Panamá
AUTORES DEL PROYECTO: Herreros Arquitectos y Mallol & Mallol
CLIENTE: C. García de Paredes, B. Henne, CAO (C. Fernández) y Banco de Panamá
RESPONSABLE DEL PROYECTO: Gonzalo Rivas (HA), Ignacio Mallol (MyM)
EQUIPO DE PROYECTO: Carmen Antón, Joanna Socha (HA); Amilton Jaramillo, Rubén Taboada (MyM)
SUPERFICIE: 35.500m2
CONSULTORES: sostenibilidad: CENER. consultoría de fachadas: Gruppo Entesa
FOTOGRAFÍAS: Fernando Alda, estudioHerreros
Premios
-Premios MCHAP 2014: Nominado
La sección de la torre supone una revisión tipológica del inmueble comercial de oficinas resulto históricamente como un apilado de plantas para proponer una superposición escalonada de cuatro edificios independientes. Cada uno de ellos tiene un espacio exterior de bienvenida y un vestíbulo significativo que se traduce en un gesto en volumetría que deja sus huellas en la fachada repetitiva del conjunto. El primero recibe a la ciudad en planta baja con las oficinas bancarias sobre las que se levanta el aparcamiento de seis plantas. Los tres restantes son prismas de diferentes dimensiones que se van retranqueando respecto del anterior liberando sendas terrazas que se reparten las orientaciones y las vistas sobre el mar y el Centro Histórico. Cada prisma puede leerse como un pequeño edificio canónico de oficinas que comparte su lobby en altura con algún uso compartido por todos los inquilinos: un restaurante, un gimnasio, un club de descanso y reunión, una guardería infantil y un comedor. En el remate, un Salón representativo se ofrece visible desde toda la ciudad. La envolvente se resuelve con un muro cortina plementado con vidrios de diferentes tonalidades y transparencias que introducen un factor aleatorio y vibrante en la lectura. Desde el exterior, el juego entre translucidez y opacidad de los módulos -en la noche se adivina que todos los elementos tienen algún grado de transparencia- genera una ambigüedad escalar que impide la identificación de las plantas al no coincidir ninguna línea horizontal obvia del cerramiento. Desde el interior, el paisaje pixelado desdibuja y recompone las geografías de cada orientación fomentando la convivencia de sus ingredientes más banales construidos por la ambición inmobiliaria, los elementos naturales -el mar, los manglares, los cerros- y los restos arqueológicos que explican el nacimiento de la ciudad y la cultura transoceánica.