Casa de Verano
AUTORES DEL PROYECTO: estudioHerreros. Juan Herreros – Jens Richter
RESPONSABLE DEL PROYECTO: Beatriz Salinas
CONSULTORES: Colaboración en la Dirección de Obra: Juan Antonio Cortés; Estructuras: Eduardo Barrón SUPERFICIE: 220m2
FOTOGRAFÍAS: estudio Herreros
La Colonia de Sant Pere es un lugar mágico que no responde a los patrones habituales de belleza, pintoresquismo ni calidad que demanda el turismo regulado
por las corrientes establecidas del gusto. Sin embargo, sus habitantes de toda la vida y los que solo pasan allí unas semanas al año, establecen un vínculo muy
significativo con este lugar. Siguiendo otros ensayos anteriores, diseñamos esta casa para ser industrializada en 14 piezas en Madrid y trasladada por barco a Mallorca para su instalación en el sitio previamente acondicionado con los muros de contención, salas de máquinas y piscina que hacen las veces de plataforma de cimentación. Los materiales ligeros de la casa contrastan con la solidez de los muros de hormigón que transforman un solar inclinado en una configuración escalonada artificial. El programa divide por pisos a los niños y jóvenes en la planta alta de los mayores que se quedan en la baja. La escalera enlaza el salón con la cocina incorporada al nivel del jardín con la sala de cine que se extiende en una generosa azotea conformando un espacio continuo de encuentro de los habitantes de la casa. El volumen alargado para liberar la mayor cantidad de jardín con la orientación buena se construye en seco con fachadas ventiladas de paneles de aglomerado de viruta de madera y cemento que le dan a la casa un aspecto mineral sin perder la ligereza invitando a un habitar desprejuiciado y alejado de toda solemnidad como reclama el verano, ahora extensible a todo el año.
Casa de Verano
AUTORES DEL PROYECTO: estudioHerreros. Juan Herreros – Jens Richter
RESPONSABLE DEL PROYECTO: Beatriz Salinas
CONSULTORES: Colaboración en la Dirección de Obra: Juan Antonio Cortés; Estructuras: Eduardo Barrón SUPERFICIE: 220m2
FOTOGRAFÍAS: estudio Herreros
La Colonia de Sant Pere es un lugar mágico que no responde a los patrones habituales de belleza, pintoresquismo ni calidad que demanda el turismo regulado
por las corrientes establecidas del gusto. Sin embargo, sus habitantes de toda la vida y los que solo pasan allí unas semanas al año, establecen un vínculo muy
significativo con este lugar. Siguiendo otros ensayos anteriores, diseñamos esta casa para ser industrializada en 14 piezas en Madrid y trasladada por barco a Mallorca para su instalación en el sitio previamente acondicionado con los muros de contención, salas de máquinas y piscina que hacen las veces de plataforma de cimentación. Los materiales ligeros de la casa contrastan con la solidez de los muros de hormigón que transforman un solar inclinado en una configuración escalonada artificial. El programa divide por pisos a los niños y jóvenes en la planta alta de los mayores que se quedan en la baja. La escalera enlaza el salón con la cocina incorporada al nivel del jardín con la sala de cine que se extiende en una generosa azotea conformando un espacio continuo de encuentro de los habitantes de la casa. El volumen alargado para liberar la mayor cantidad de jardín con la orientación buena se construye en seco con fachadas ventiladas de paneles de aglomerado de viruta de madera y cemento que le dan a la casa un aspecto mineral sin perder la ligereza invitando a un habitar desprejuiciado y alejado de toda solemnidad como reclama el verano, ahora extensible a todo el año.