Casa Garoza
CLIENTE: Rafael Celda
AUTORES DEL PROYECTO: Juan Herreros (Herreros Arquitectos)
RESPONSABLE DEL PROYECTO: Verónica Meléndez
EQUIPO DE PROYECTO: Paula Vega, Alejandro Valdivieso, Margarita Martínez
SUPERFICIE: 75m2
FOTOGRAFÍAS: Javier Callejas, Paula Arroyo (ojovivofoto)
Premios
-Premio Construmat 2011.
-Finalista Architectural Review House Awards 2012.
-Finalista XI Bienal Española de arquitectura y Urbanismo 2011.
-Finalista Premio Mies van der Rohe 2011.
-Finalista Premios FAD 2011.
La casa Garoza es un producto de la cultura urbana. No se concibe como un refugio para escapar de la ciudad sino como un fragmento de la casa cotidiana desplazado al campo. Por eso no necesita roturarlo, construir un sótano, plantar un jardín, alterar la naturaleza con especies decorativas, pervertir la composición del suelo y sus escorrentías. De Hecho, apenas lo toca salvo unos pocos pies metálicos que no precisan cimentación a apoyarse en el granito original. Esa ligereza conceptual se lleva a sus últimas consecuencias al concebir esta construcción mínima como un prototipo de vivienda industrializada autónomo energéticamente. Todos los sistemas constructivos son en seco. Con ellos se fabrican en taller unidades completas con todos los acabados interiores del tamaño máximo que admite el transporte convencional. Únicamente la última capa de la fachada y la cubierta se colocan in situ para asegurar continuidad, solape e impermeabilización de los encuentros. Particiones interiores, almacenajes y mobiliario fijo son incorporados a los paramentos verticales que alojan instalaciones de gran calidad técnica que permiten un control remoto. El conjunto resultante, ofrece calidad, control sobre el tiempo de ejecución, planes de mantenimiento y opciones de crecimiento muy superiores a la construcción tradicional. Una gran terraza extiende y orienta la casa hacia el paisaje poniéndolo en valor a través de la mirada, de la ligereza de la instalación y de la deliberada apariencia industrial del objeto que busca una integración más contrastada que mimética como gesto del aprecio contemporáneo de la naturaleza.
Casa Garoza
CLIENTE: Rafael Celda
AUTORES DEL PROYECTO: Juan Herreros (Herreros Arquitectos)
RESPONSABLE DEL PROYECTO: Verónica Meléndez
EQUIPO DE PROYECTO: Paula Vega, Alejandro Valdivieso, Margarita Martínez
SUPERFICIE: 75m2
FOTOGRAFÍAS: Javier Callejas, Paula Arroyo (ojovivofoto)
Premios
-Premio Construmat 2011.
-Finalista Architectural Review House Awards 2012.
-Finalista XI Bienal Española de arquitectura y Urbanismo 2011.
-Finalista Premio Mies van der Rohe 2011.
-Finalista Premios FAD 2011.
La casa Garoza es un producto de la cultura urbana. No se concibe como un refugio para escapar de la ciudad sino como un fragmento de la casa cotidiana desplazado al campo. Por eso no necesita roturarlo, construir un sótano, plantar un jardín, alterar la naturaleza con especies decorativas, pervertir la composición del suelo y sus escorrentías. De Hecho, apenas lo toca salvo unos pocos pies metálicos que no precisan cimentación a apoyarse en el granito original. Esa ligereza conceptual se lleva a sus últimas consecuencias al concebir esta construcción mínima como un prototipo de vivienda industrializada autónomo energéticamente. Todos los sistemas constructivos son en seco. Con ellos se fabrican en taller unidades completas con todos los acabados interiores del tamaño máximo que admite el transporte convencional. Únicamente la última capa de la fachada y la cubierta se colocan in situ para asegurar continuidad, solape e impermeabilización de los encuentros. Particiones interiores, almacenajes y mobiliario fijo son incorporados a los paramentos verticales que alojan instalaciones de gran calidad técnica que permiten un control remoto. El conjunto resultante, ofrece calidad, control sobre el tiempo de ejecución, planes de mantenimiento y opciones de crecimiento muy superiores a la construcción tradicional. Una gran terraza extiende y orienta la casa hacia el paisaje poniéndolo en valor a través de la mirada, de la ligereza de la instalación y de la deliberada apariencia industrial del objeto que busca una integración más contrastada que mimética como gesto del aprecio contemporáneo de la naturaleza.